Las aftas son una forma común de las úlceras bucales. Se observan más en las mujeres que en los hombres y ocurren a cualquier edad, pero suelen hacer su primera aparición entre los 10 y los 40 años.
Se originan en las superficies interiores de los carrillos y los labios, la lengua, el velo del paladar y la base de las encías.
Estas úlceras pueden ser hereditarias y estar ligadas a problemas con el sistema inmunitario (defensa) del cuerpo. Es factible que sucedan después de una lesión bucal debido a un arreglo dental, una limpieza dental agresiva o un mordisco en la lengua o en el carrillo.
También es posible que se desencadenen por estrés emocional, deficiencias en la alimentación (en especial de hierro, ácido fólico o vitamina B12), períodos menstruales, cambios hormonales, alergias a los alimentos y situaciones similares. Con frecuencia, se suscitan con infecciones virales y, en algunos casos, no se puede identificar la razón.
Cuidado de las aftas
No se deben comer alimentos calientes ni condimentados, los cuales provocan dolor. Ayudan los enjuagues bucales suaves de venta libre o el agua con sal. Asimismo, existen medicamentos de venta libre que alivian el área del dolor, los que se aplican directamente en el área ulcerada de la boca.
Por lo general, no es necesario un tratamiento, pues en la mayoría de las situaciones las aftas desaparecen por sí solas.