Los complementos alimenticios refuerzan nuestra dieta y alimentación, sobre todo en épocas como la primavera y el verano en que nos encontramos más cansados.
Reconocida por todos, la dieta mediterránea es muy completa y sana, pero, aunque la tenemos a mano no siempre la seguimos y ello nos provoca carencias. La falta de vitaminas y minerales se traduce en problemas que la piel y el organismo se apremian a revelar. En muchos casos leves, tomar un extra de vitaminas y minerales, cuidando a la vez la alimentación, nos ayudará a volver a la normalidad. La oferta es muy amplia para dar respuesta a cada necesidad.
Hay que recordar a quien ve en ellos una solución milagrosa que no lo son pero sí son de gran ayuda. Sirven de complemento siempre y cuando se lleve a cabo una alimentación correcta y controlada. A partir de los 50 es normal que aparezca un mayor cansancio. Una reciente encuesta muestra que el 10% de la población se encuentra cansada siempre o casi siempre y un 44% se siente así a veces. En primavera el incremento es notable. Entre las razones que pueden justificar estos síntomas se destaca: el cambio de hora, el cambio de temperatura los problemas para dormir que acentúan los anteriores y la humedad del ambiente que altera las betaendorfinas cerebrales que marcan el estado de ánimo. En estos casos la jalea real o suplementos vitamínicos demuestran su capacidad para contribuir al metabolismo energético normal. Mantener la piel y la visión en condiciones normales, disminuir el cansancio y la fatiga.
4 de cada 10 españoles duermen mal. Son cifras altas. Las preocupaciones, la ansiedad, exceso de trabajo, etc… favorecen la aparición del insomnio. Pero también las personas que cambian frecuentemente sus horas de sueño porque trabajan a turnos o hacen viajes a zonas con cambio horario se ven afectados. Los complementos más efectivos reúnen en su composición Pasiflora, Valeriana, Lúpulo, Melisa y Amapola de California, todas ellas plantas que contribuyen a mantener la calidad del sueño y a facilitar la relajación. También ayudan en casos de estrés o tensión provocada por el estrés.
Durante ciertas épocas del año bajamos la guardia y modificamos nuestras rutinas: cambiamos los horarios de las comidas, dormimos menos o nos sometemos a niveles altos de estrés. A esto se unen los cambios medioambientales, la contaminación… que ponen a prueba los mecanismos defensivos del cuerpo humano, comprometiendo, en ocasiones, la salud. Por eso es muy importante que las defensas estén en buen estado para proteger al organismo frente a las afecciones previsibles, y aumentar las defensas a través de tres factores imprescindibles: la actividad física, la actitud mental y sobre todo, una buena alimentación, y es que el 70% del sistema inmunitario se encuentra en el tracto digestivo. Por eso una dieta variada y equilibrada, rica en nutrientes mejora las defensas del organismo
Fuente: IM Farmacias